Nueva Zelanda

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Nueva Zelanda busca atraer estudiantes latinoamericanos y formar a los líderes del futuro, promocionando su calidad académica, los bajos costos y un entorno seguro. La captación de alumnos extranjeros es una política de Estado, el último año hubo 82.000, sobre todo asiáticos. En el mapa mental de los argentinos, el exterior siempre queda en el Norte. Sin embargo, con sólo volver la vista hacia el Oeste, en las aguas del Pacífico Sur, este país de cuatro millones de habitantes, naturaleza impactante e indicadores que lo ubican decididamente en el Primer Mundo, es un espacio lleno de posibilidades, que mira con interés a América latina.

Nueva Zelanda, dos grandes islas y un puñado de otras más, es una ex colonia británica que conserva la fidelidad a la reina, la cortesía a toda prueba, el hábito del té y de manejar por la izquierda, pero los combina con rasgos de una sociedad joven: la inmigración masiva de sus vecinos asiáticos y la convivencia con los maoríes, los pobladores originarios de estas tierras, le han dado un rostro multicultural. Hoy, el 14,7% de la población es de origen maorí; el 6,5% proviene de las islas del Pacífico y el 2,9% es de origen chino.

Las cifras son impactantes -una desocupación del 4,6%; el 17,3% del gasto estatal destinado a educación; un ingreso promedio mensual equivalente a $ 4300-, pero la sensación primermundista se vive en las calles, en la ausencia de ostentación millonaria y de pobreza, en una atmósfera segura y un futuro previsible, tanto en la cosmopolita y poblada Auckland, como en la capital Wellington, de inusual vida cultural, y la más británica Christchurch, en la isla Sur.

Nueva Zelanda se sabe isla, alejada del centro del mundo. Así explican su necesidad de salir a buscar vínculos con el mundo. El país ha explotado sus ventajas comparativas hasta convertirlas en rentables industrias de exportación. Es el caso de la educación, cuarta industria exportadora, que ahora se expande, con los ojos en América latina, en busca de nuevos mercados. En 2000, el gobierno laborista de la primera ministra Helen Clark lanzó su estrategia para América latina, que comenzó por los vínculos comerciales y ahora avanza en el campo cultural. En 1989, una ley nacional consagró la apertura de las escuelas y universidades neozelandesas a los estudiantes extranjeros como política de Estado. Pensaron que tenían ventajas para asegurarse un lugar como destino de estudio. Entre ellas, educación de calidad, en clases poco numerosas; un ambiente cálido y familiar; deportes y vida al aire libre; costos menores a los de Estados Unidos y Europa; un entorno seguro; un país igualitario y abierto a las innovaciones, pequeño como para recorrerse en poco tiempo, pero diverso como para ofrecer una experiencia multicultural. Desde entonces, las instituciones educativas desplegaron sus estrategias para captar estudiantes fuera del país, pero no lo hicieron de manera individual. Junto con el Ministerio de Educación, integran Education New Zealand, una asociación financiada parcialmente por el Estado, y deben adherir a un código de buenas prácticas para recibir a extranjeros. Con ellas colabora New Zealand Trade & Enterprise, una agencia nacional de promoción del país, en conjunto con la cancillería y desde sus propias oficinas, una en Buenos Aires. El país creó una marca propia y se "vende" en el exterior como la "New World Class", una expresión que puede traducirse como "aula del nuevo mundo" -no son Europa, representan lo nuevo- o como "aula de clase mundial", de calidad reconocida internacionalmente. La estrategia conjunta dio resultado: el número de estudiantes extranjeros en tierras kiwi llegó el año último a 82.000, la enorme mayoría asiáticos, sobre todo de China, Malasia y Corea y también de islas del Pacífico. El sector más fuerte sigue siendo la enseñanza del inglés como lengua extranjera, que atrajo a algo más de la mitad. Del resto, casi 14.000 estudiantes asistieron a universidades y hubo casi 12.000 a colegios secundarios. Existen en Nueva Zelanda casi 2700 escuelas primarias y secundarias, el 86% de gestión estatal; 541 instituciones de educación superior; entre ellas 8 universidades públicas. La educación pública es gratuita hasta terminar el nivel medio, pero los extranjeros deben pagar. El país recibió por este concepto 1700 millones de dólares neozelandeses en 2002 (3300 millones de pesos).

Hay también una razón política de largo plazo para esta apertura. Como explicó un funcionario, "queremos educar a los líderes del futuro, y ellos están en Asia y en América latina. Cada persona que se lleva el sello de "educado en NZ" es un potencial embajador y una referencia para futuros negocios". "Nueva Zelanda puede ser una puerta de entrada en Asia para América latina", se entusiasmaron en la Universidad de Auckland, la más importante, con 35.000 estudiantes y un activo Centro de Estudios Latinoamericanos, que dirige el argentino Ricardo Cicerchia. "Queremos seguir promocionando la marca New Zealand, buscar buenos estudiantes, que no vengan sólo a estudiar inglés, y abrir oficinas en más países", afirmó Robert Stevens, director de Education New Zealand. El objetivo es también que los jóvenes kiwi vayan a nuestro continente, al que todavía ven más como una tierra de aventura que de estudio.

¿Qué temas de interés común pueden tener estudiantes e investigadores argentinos y neozelandeses? Una recorrida por las preocupaciones de ambos países muestra una larga lista: los desarrollos agrícolas y ganaderos, los estudios medioambientales y de conservación de flora y fauna, la sismología, la gestión turística, el inglés y el español, la problemática de las minorías indígenas y hasta la industria del cine.

Aunque no abunda el conocimiento sobre América latina, aquí intuyen esa potencialidad y, como lo hicieron desde los ‘80 con sus vecinos asiáticos con singular éxito, los neozelandeses ahora envían "misiones" de promoción a nuestro continente, se interesan por estudiar español y buscan vinculación con universidades locales. Hasta ahora, las relaciones son fluidas con Chile -sobre todo en lo comercial- y con Brasil.

De los 1883 estudiantes de origen latinoamericano que se contaron aquí en 2003, 1287 son brasileños (68%), seguidos de lejos por 152 chilenos (8%) y 126 argentinos (7%). La enorme mayoría viajó para estudiar inglés, seguidos por los que están en colegios secundarios y los que asisten a instituciones terciarias públicas, mayormente universidades. Los argentinos, en particular, se concentraron en escuelas de inglés (81 alumnos) y universidades (21). Cuenta Jim Sinclair, del Ministerio de Educación, que al contrario de los asiáticos, en general más retraídos y tímidos, los latinos se destacan en las aulas por ser "más participativos y activos, con más autoconfianza". En general prefieren el estudio del inglés y los posgrados.

A la hora de explicar por qué Nueva Zelanda como destino de estudio, los argentinos hablan de la calidad de vida (sinónimo de seguridad), del atractivo entorno natural y de las diferencias que viven en las aulas.

Para quien llega de la Argentina, las universidades neozelandesas -son ocho, todas públicas, con casi 133.000 estudiantes en total- no sólo sorprenden previsiblemente por sus instalaciones y servicios, sino por su planificación. Para abrir una nueva carrera se necesita el acuerdo de todas las instituciones. Así, según las necesidades del país, hay sólo dos carreras de Medicina -en las universidades de Auckland y de Ottago- y una de veterinaria, en la de Massey.

Todas las instituciones tienen una aceitada estrategia para captar a estudiantes extranjeros: sistemas de información, alojamientos en departamentos o casas de familia, vinculación con entidades bancarias, folletos, videos y CD con testimonios de alumnos de diferentes nacionalidades, personal dedicado a recibir a los estudiantes y facilitar los trámites.

Las universidades ofrecen una variedad de títulos (licenciaturas, diplomas, certificados, masters, doctorados) de duración variable, incluso de un semestre, en general caracterizados por una educación orientada a la práctica y la libertad de combinar cursos de distintas disciplinas.

La oferta comprende virtualmente todas las áreas, pero las universidades tienden a especializarse. Así, para leyes, ciencias sociales y gestión pública, la citada Victoria University es reconocida; Waikato tiene la mayor proporción de estudiantes maoríes y un centro de estudios sobre minorías; para estudios agrícolas, Massey University -en la ciudad de Palmerston North- puede ser un destino.

También Lincoln University, en la sureña región de Canterbury, es un centro de estudios agronómicos. Cabe considerar también la oferta de los institutos terciarios. Hay varios dedicados al turismo y la hotelería ("Hospitality management"), mientras Unitec, en Auckland, por ejemplo, se especializa en tecnología aplicada e informática.

Entre las ventajas de estudiar en Nueva Zelanda se cuentan los costos, menores a los de estudiar en Europa o EE.UU. Para hacer un posgrado hay que calcular un promedio de 35.000 dólares neozelandeses por año (unos $ 66.000), lo que incluye los costos de estudio (un promedio de 20.000 dólares neozelandeses o $ 38.000 por un posgrado). Un curso de inglés en la Auckland University of Technology, en tanto, cuesta 380 dólares neozelandeses por semana, más unos 200 para vivir (unos $ 1100 por semana). Y un certificado de un año en Unitec cuesta 12.500 dólares neozelandeses (24.000 pesos). Extraído de La Nación (21/03/2004).

(Extraído y adaptado del Boletín de Novedades de la OEI –marzo de 2004- http://www.oei.es/0304.htm )

 

Ministerio de Asuntos Exteriores y Comercio - New Zealand Official Development Assistance - Becas de Posgrado.

Esta institución ofrece una beca para realizar estudios de posgrado en Nueva Zelanda. La búsqueda de postulantes se encontrará orientada a dos temas fundamentales: desarrollo sustentable de los pueblos indígenas y “good governance”, es decir, eficiencia y/o reforma en la administración de gobierno. Estos nuevos parámetros están destinados a capacitar a aquellas personas que puedan actuar como agentes de cambio dentro de sus comunidades. En lo que a asuntos indígenas se refiere,  NZAID apunta a encontrar postulantes que puedan aplicar los conocimientos adquiridos en Nueva Zelanda para lograr el desarrollo sustentable e integrador de los grupos indígenas, y más aún que puedan transmitir lo aprendido para generar un efecto multiplicador y benéfico en sus comunidades. El programa “good governance”, por otra parte, consiste en capacitarse en la eficiencia y transparencia de la administración gubernamental, dos factores clave para marchar hacia un salto cualitativo en la gestión de gobierno. En este caso es también deseable que estos agentes de cambio puedan aplicar y hacer multiplicar los conceptos adquiridos en Nueva Zelanda. En ambos casos, es necesario que el nivel de inglés de los postulantes sea bueno, y deberán contar con el examen IELTS (6.5) o TOEFL (575-600 o su equivalente).

Para mayor información y retiro de formularios comunicarse con:

Cynthia Neme

Embajada de Nueva Zelanda

Correo electrónico: kiwiargentina@datamarkets.com.ar

Enlace recomendado: New Zealand’s International Aid and Development Agency http://www.nzaid.govt.nz

Para mayor información:

Área de Relaciones Internacionales